
Narra que Dios envió un monstruo fatal para que devorara a todas las personas perversas, seguido de otros menos bravos. Así fue como quedó transformado en pampa desolada. Hombres mujeres y niños lloraban al contemplar tan terrible castigo divino; oraban día y noche. Ya se oían cercanos los rugidos del monstruo y de pronto la Tierra tembló, se oyeron truenos y se desprendieron potentes rayos que se incrustaron en el cuerpo del animal, dejándolo inerte para siempre. Lo mismo sucedió con los otros monstruos, actualmente es una pampa y se le conoce con el nombre de cerro Prieto.
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