lunes, 8 de mayo de 2017

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La Virgen de Yauca
 A continuación del siglo XVIII, en la inmensa y desolada pampa de Yauca, que se extiende al sureste de la ciudad de Ica, fue encontrada escondida entre matorrales por los lugareños una pequeña escultura de Nuestra Señora del Rosario, con el Niño Jesús y un rosario nacarado en sus manos. Se presume que la imagen, de aproximadamente 60 cm, de altura, fue abandonada por arrieros que al bajar de la serranía ayacuchana se perdieron en medio del desierto iqueño.
Según los testigos presenciales, que suscribieron un acta con los hechos que hemos narrado, el acontecimiento ocurrió el l3 de octubre de 1701.Gracias al documento sus nombres no quedaron en el olvido; fueron ellos Nicolas Ortega, Diego Gutierrez y Francisco Cordova.
Pensaron entonces en trasladarla a Ica, pero al intentar levantarla no lo consiguieron.
Interpretaron el hecho como un deseo de la Madre de Dios de permanecer en aquellos descampados. Con la ayuda de Calixto Muñoz le edificaron una sencilla capilla en las inmediaciones; y fue solo después de una plegaria suya que la imagen se dejo conducir suavemente a su nueva morada, ante el asombro de toda la concurrencia. La noticia corrió por valles y montañas. y desde entonces la Virgen de Yauca es venerada por sus hijos iqueños, que la hicieron su Patrona, y especialmente en el mes de octubre le tributan filial y cálida devoción.


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