
El cielo estrellado y el rey dotado de una gran industria, observaba minucioso el firmamento tratando de hallar sentido en el misterioso paso de los astros y la manera como se agrupaban entre si, que como nebulosas formaban caprichosamente figuras de seres que habitaban en la tierra.
Nanaska, el gran monarca, estaba junto a su hijo Cahuachi, un sacerdote-gurerrero, mozo fuerte y valiente, futuro heredero del reino, muy atento aprendia las sabias leciones de astronomia del padre.
-Hijo, tu que pronto heredaras los destinos de la nacion, es importantes que conos
cas el paso de los grandes ojos de fuego. En ellas- prosiguio- veras el triunfo o la derrota, la abundancia de agua o las sequias, la prosperidad o la decadencia, la vida o la muerte, pues, cuando una estrella cae en la tierra, es seña de que una vida se apaga.
De pronto un gran vocerio se escucho de todas partes, interrumpiendo al rey, Todos miraban asustados al infinito. Una pequela, una tenue lucecita se diria una extraordinaria velocidad a la tierra, agigantandose mas su tamaño cada vez que se acercaba y su color brillante se hacia mas instenso e incesante, resplandeciendo tal que se podia ver los asustados rostros de los subditos del rey.
- No teman, es una bola de fuego de los cabellos de oro. Dijo el monarca, confundiendolo con un cometa.
La fria noche daba la sensacion que se convertiria en dia cuando la intensa luz fulgurantes irradio a los sorprendidos hombres. A los terrenos de arena, las viviendas de piedra y barro con techos de carrizo y paja. Se pudo mirar los verdes guarangales de donde salieron despavoridas las aves que dormitaban en sus fuertes ramas. La inmensa y pedregosa pampa sembradas de naturales calatos.
Se vio las altas y bajas colinas, a los zorrillos y serpientes furtivos cazadores de la noche que asustados buscaban refugio en sus madrigueras. El suelo esteril y cuarteado por la sequedad, donde se observaban chamuscados maticos por el fuerte sol en el dia y los ladridos de los perros rompian en silencio de la noche. Entonces la bola de luz cayo en la tierra en una gran pampa, dejandose de escuchar el ensordecedor sonido y el eco, horrorizando mas a la gente.
Despues volvio el silencio y la oscuridad.
Cahuachi, mostrando vacilacion y curiosidad llego al objetivo volador en forma temeraria.
Alli pudo observar un gran movil de metal con la forma de un platillo, con muchas luces y pequeñas ventanas. El valiente principe abrio la puerte principal y del interior del objetivo volador pudo salir un raro ser nunca antes visto por los ojos humanos. A compañado de este ser, otra criatura cubierto de un extraordinario pelaje. Sus pequeñas orejas se mantenian siempre erguidas. No tenia ojos, estaba provisto de dos extremidades que le servia como mano-pies llevaba cuatro dedos que usaba para caminar y en la otra manos-pies tenia cinco dedos con la que cogia objetos.
La misteriosa criatura lanzaba ame
nazas por su boca pequeña escondida por las pelusas, emitiendo raros sonidos
nazas por su boca pequeña escondida por las pelusas, emitiendo raros sonidos
¡Aku, aku, aku¡
En cambio, el fabuloso ser, no era muy prodigioso de tamaño y no se distinguian sus formas, porque estaba protegido de por una vestimenta especial. En una de sus partes superiores tenia dos ovalados lentes y tras de ellos observaban sus grandes ojos que asustados miraban al principe Cahuachi.
Pero la criatura muy debilitada se desvanecio, quedando en el suelo a merced de los guerreros que intentaron golpearlo con sus makanas. Pero el otro ser, no dejaba que se le acercaran, haciendo mucho ruido. Entonces todos comprendieron que la cosa era como un fiel perro que cuidaba de los grandes peligros a su amo.
Desde entonces le dieron el nombre de Maku y el raro ser desvanecido fue levado en parihuela al pueblo.
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